miércoles, 4 de diciembre de 2013

Antonio Machado

Antonio Machado
Dos son las poesías del poeta y prosista español, que llovieron del cielo. Perteneciente al movimiento literario conocido como generación del 98 probablemente sea el poeta de su época que más se lee todavía. Nació en Sevilla y vivió luego en Madrid, donde estudió. En 1893 publicó sus primeros escritos en prosa, mientras que sus primeros  poemas aparecieron en 1901. Viajó a París en 1899, ciudad que volvió a visitar en 1902, año en el que  conoció a Rubén Darío, del que será gran amigo durante toda su vida. En Madrid, por esas mismas fechas conoció a Unamuno, Valle-Inclán, Juan Ramón Jiménez y otros destacados escritores con los que mantuvo una estrecha amistad. Fue catedrático de Francés, y se casó con Leonor Izquierdo, su gran amor que morirá en 1912 a los 18 años.
                   
Casa donde nació Leonor en Soria
 En 1927 fue elegido miembro de la Real Academia Española de la lengua.
Durante los años veinte y treinta escribió teatro en compañía de su hermano, también poeta, Manuel,  estrenando varias obras entre las que destacan La Lola se va a los puertos, de 1929, y La duquesa  de Benamejí, de 1931. Cuando estalló la Guerra Civil española estaba en Madrid. Posteriormente se trasladó a Valencia, y Barcelona, y en enero de 1939 se exilió al pueblo francés de Colliure, donde murió en febrero.


“La plaza tiene una torre,
la torre tiene un balcón,
el balcón tiene una dama,
la dama una blanca flor.
Ha pasado un caballero
-¡quién sabe por qué pasó!-
y se ha llevado la plaza,
con su torre y su balcón,
con su balcón y su dama,
su dama y su blanca flor”.







Anoche cuando dormía
soñé ¡bendita ilusión!
que una fontana fluía
dentro de mi corazón.
Dí: ¿por qué acequia escondida,
agua, vienes hasta mí,
manantial de nueva vida
en donde nunca bebí?
Anoche cuando dormía
soñé ¡bendita ilusión!
que una colmena tenía
dentro de mi corazón;
y las doradas abejas
iban fabricando en él,
con las amarguras viejas,
blanca cera y dulce miel.
Anoche cuando dormía 
Tumba de Machado en Colliure Francia
soñé ¡bendita ilusión! 
que un ardiente sol lucía 
dentro de mi corazón. 
Era ardiente porque daba 
calores de rojo hogar, 
y era sol porque alumbraba 
y porque hacía llorar. 

Anoche cuando dormía 
soñé ¡bendita ilusión! 
que era Dios lo que tenía 
dentro de mi corazón.





No hay comentarios:

Publicar un comentario